lunes, 7 de marzo de 2016

A los años:

     Es curioso ver cómo el tiempo. Hace un momento encontré fotos de mis antiguos compañeros del colegio y es casi hasta inquietante lo mucho que hemos mutado a lo largo de estos años.
      La chica gordita es ahora esbelta, y participa en concursos de belleza. Otra, no ha seguido con su esquelético cuerpo de la niñez, y ahora tiene un cuerpo de mujer. A los chicos les ha salido barba y ahora me triplican el tamaño.
    No solo las apariencias han cambiado. Los que divergimos y nos separamos de aquella manada, opresora y anuladora, que señalaba nuestros "defectos" conseguimos de algún modo, andar por nuestro propio sendero y nuestra propia verdad. Me apena que algunos se limitaran a seguir al líder y nunca pudieran experimentar ser ellos mismos, tan solo cegarse y ser un fotocopia del macho alfa. 
    No me había parado a pensar en esto, no obstante, ¿qué pensarán ellos al verme a mí? Quizás no vean el cambio y sigan pensando que soy la niña que conocieron entonces, pues yo misma (ingenua de mí) los sigo enlazando con ese personaje deforme y moldeable de aquellos primeros años de la adolescencia. 
    Solo espero que ellos hayan encontrado su propio ser y que sean felices con sus identidades. Madurar me ha hecho ver con repulsión algunos de nuestros actos en esa etapa escolar. Espero que ellos hayan sabido superar ciertos baches de ese entonces, y que nadie les impida crecer. Espero que de verdad sean felices y que hayan logrado avanzar. 
    Yo no sé quienes son ellos, ni ellos saben quién soy yo. Supongo que a todos nos quedará la esencia que comenzaba a despertarse en esa edad. Probablemente lo único que tengamos en común será nuestro pasado, que permanecerá inmutable. No es algo realmente importante. Pero las fotos me han puesto nostálgica, y por primera vez en mucho tiempo lo necesitaba expresar. Aunque sea algo tan banal como el tiempo, como los años.

jueves, 20 de agosto de 2015

Querida realidad:

Todo cambia. Todo avanza. Todo evoluciona. Todo se transforma. Todo se escapa de los dedos, como un puñado de pequeños granos de arena. Pero al fin y al cabo, todo se tiene que acabar para que todo un conjunto de cosas nuevas comience, y por eso estoy escribiendo esta noche, pues nunca creí en las historias de amor, ya que parecían hechas por y para la ficción. Pero ya ves. Todo cambia, todo evoluciona. 
Fue casi como un amor a primera vista. No sabría decir qué fue lo que ocurrió. Pero incluso sin ser consciente de ello, desde el primer momento había algo especial. Me viene a la mente una escena de Amélie, donde ésta busca en su niñez, iluminando con un espejo, a un amigo con el que jugar. Nino, a varios kilómetros de ella, hace lo mismo. No dejo de pensar que hemos sido dos personas que nos buscábamos sin saber que existíamos. Quizás esté mezclando cosas, pero mis pensamientos divergen por distintas variantes y todo está cohesionado, puede ser que no de la manera más racional, pero al fin y al cabo, los pensamientos, los razonamientos, no son más que una tela de araña tejida por nuestras inseguridades, por nuestro posicionamiento frente al bien y al mal, son todo un entresijo de posibilidades y de caminos insospechados, y no toda esa tela de araña tiene que ser hexagonal. No es cuestión de un plano, nuestros sentimientos y pensamientos van más allá... son dimensiones. Son estructuras complicadas, y es por ello que nunca dejamos a nadie adentrase en esa enrevesada tela, por miedo a que tomen esos frágiles hilos y nos destrocen cada ápice de claridad, cada retazo de estabilidad. 
Pero él entró. 
Y quizás fuera eso lo que me asustaba. Que él ya estaba dentro y no podía escapar de allí. A pesar de que yo no lo supiera, silenciosa y lentamente, me abría paso ante su dimensión. Comenzamos a bailar entre hilos, y sin afán de dañar, creamos pequeñas telas. Entrelazamos esas finas fibras dejando invisibles rastros de nuestra presencia. No pude evitar derrumbarme cuando pensaba que no estaba ahí... pues estaba perdida.
Como en un reloj de arena cuando cae el último grano, el tiempo se acabó, y al darle la vuelta a éste para que volviera a empezar... todo cambió, todo se transformó, todo se vio claro. Porque la verdad fue como una luz que desveló todos los secretos, que nos dejó observar cómo habíamos habitado cada uno en la dimensión del otro pero de manera inconsciente. Ese dejar de ver las sombras y descubrir la realidad como si de la caverna de Platón se tratase, era maravilloso, aunque a riesgo de sentirnos limitados, tan solo nos sentimos con ansia de conocer más con la ayuda de las luces que lo habían alumbrado todo.
No fue tan fácil como creíamos, pues de la misma manera que nuestras "telas" estaban conectadas, otras también estaban entrelazas con las nuestras, y como es bien sabido, cuando quitas el soporte de uno de los hilos, esa tela de araña se rompe, desembocando en una perspectiva de dolor y sufrimiento que un corazón dulce siempre desea impedir.
Hay veces en las que arriesgar para evolucionar conlleva el dañar a otros... pero ahogarse dentro de un reloj de arena donde los granos no paran de caer encima de ti, sin posibilidad de cambio alguno, es una elección que nadie debería tomar.
Todo cambia, todo evoluciona. Te escapas de los dedos, realidad. Pero en ese escapar, creas las casualidades más mágicas y complejas que las que pueden haber en las telas de araña tejidas por mis pensamientos.


jueves, 19 de marzo de 2015

22·02·15

Echando de menos lo que nunca fue
Añorando los lugares que nunca visitamos
Soñando con quien nunca existió
Observando una galaxia jamás habitada
Morimos con dolor por un arma que no es arma
El mismo aire que nos da poder, nos asfixia
Nunca sabremos qué habría pasado
Si los posibles hubieran brotado
Decepción tras decepción rompemos cada retazo
De los colores de un nuevo amanecer
En un mundo gris y sin esperanzas
El día a día se convierte en destino
Nada nuevo ocurre
Tampoco nada cambia
Y morimos esperando
Que en lugar del corazón roto
Nos matara una estaca
Al menos sabríamos que la sangre que brota
Aunque solo fuera gota a gota
Poco a poco nos atenuaría
Pues morir sin saber que estás muriendo
Es el peor de los sufrimientos
Ya que precisamente la inexistencia
Es el arma
De esta dolencia.


A la sociedad:

      No quiero transmitirles soberbia ni tampoco deseo que después de lean esto comiencen  a pensar en una ideología concreta o en un partido determinado, no es esa la cuestión de la que me gustaría hablar. Simplemente, desde la perspectiva que me otorga mi aún temprana edad en cuanto a la vida, he podido observar lo equivocados que estamos en multitud de sentidos. Quizás la palabras no sea equivocados, sino que lo más indicado sería destacar lo poco implicados que estamos con nuestro papel como personas y como ciudadanos.         
    En mi país, cada día que me levanto escucho noticias con palabras sacadas de contexto e información manipulada o mal planteada; personas desacreditando a otras por el peinado que llevan o el perfume que usan, e incluso por el sexo al que pertenecen; casos de corrupción donde políticos "salpicados" por esta marea de crudo no son capaces de admitir su error y dimitir; promesas electorales que nunca se cumplieron las cuales se pretenden subsanar con medidas electoralistas el último año de candidatura; huelgas que se ignoran... Cada día escucho hipocresía, y no solo de parte de estos ineptos gobernantes que tenemos, sino también soy consciente de la falta de consciencia y de lucha de la sociedad civil, y en mi caso, la de mi generación. 
      El tema de la política que se lleva a cabo de mi país me parece denigrante en muchísimos sentidos. En primera instancia, existe una falta de profesionalidad y de sinceridad que se asemeja a la cantidad de oxígeno molecular en Venus. No cabe en mi cabeza cómo es posible que un gobierno se atribuya haber sacado al país de la ruina, cuando la mayoría de las decisiones tomadas en ese ámbito, apenas han dependido de ellos. Tampoco consigo entender cómo son capaces de ignorar la realidad de la sociedad que han maltratado con sus políticas, cómo querían quitarle voz a la decisión del aborto a la mujer, cómo han querido sellarnos las bocas para que no podamos gritar o cómo nos han puesto el IVA cultural más alto de Europa, cómo se han puesto a hacer oídos sordos a esas manifestaciones... Ahora, "nos venden la moto". Ahora, a unos meses de las elecciones, nos proponen medidas no del todo terribles, cómo si eso fuera a arreglar algo de lo que han hecho.
     Se empeñaron en hacer la octava reforma educativa de este país, como si ya el sistema no estuviera mal, y claro está, en lugar de inspirarse en alguna de un Estado cercano que funcionara bien, recogen ideas de reformas de hace 50 años, porque estaba cantado que esa era en todo momento, la mejor solución para todos las deficiencias que tienen este engranaje. La cuestión es que ahora han sacado una innovadora y, si cabe, mejor idea: el famoso 3+2.
Estos párrafos en los que ha hablado del gobierno elegido en mi país, está claro que es totalmente el personal, y les invito a discrepar, a no estar de acuerdo conmigo, puesto que todos tenemos ideologías y pensamientos distintos. Aún no me siento atraída por ningún partido en particular, pero sí sé por cuáles no, y de ellos, quienes son los que comparto, o no, mis intereses. Por todo esto, me gustaría ser respetada ya que este es mi punto de vista.
      Como comenté, en una cara de la moneda está eso. En otra está el conjunto de ciudadanos sin criterio alguno. Hay una gran parte de mi país, que no es capaz de tener opinión ni criterio, hay gente que directamente no piensa. Han puesto mierda, porque eso es lo que han puesto, han puesto verdadera escoria en los medios, que no es nada fructífera, y la han tomado. No somos conscientes de las generaciones que estamos creando,  de los monstruos insensibles que nos rodean. Mucha de la gente joven que conozco no es capaz de rebatir nada ni de si quiera preocuparse por alguna causa que le afecte. Pero nadie parece darse cuenta de ello, y menos aún, de querer hacer algo al respecto, por no ser una generación perdida de cerebros que nunca llegaron a desarrollarse, y aquellos pocos que alcanzaran esa madurez, se fueran para siempre de aquí.
       Sin ir más lejos, esto ocurre en las huelgas de estudiantes. Desde mi punto de vista, el sindicato de estudiantes organiza las huelgas de manera lamentable. Comparto las causas, pero no el modo. Una huelga de tres días sin manifestación alguna no provoca nada, y menos en este  país, en el que en casi cuatro años de gobiernos se han convocado multitud de manifestaciones, en las cuales no han hecho caso alguno, y como siempre, se han manipulado las cifras de asistentes. La cuestión, es que hay estudiantes concienciados y preocupados, pero también hay una gran mayoría que quiere huelga para dormir en su casa. ¿Es normal que se organicen tan mal, para que unos insensatos se aprovechen de la lucha de otros?
       Me gustaría llamar a la consciencia de los ciudadanos y que contestara. Madre mía, no que no seamos tontos y nos dejemos engañar por promesas ficticias. No dejemos que nuestros gobernantes no den ejemplo. No dejemos corrompernos por billetes. ¿Es tan difícil ser fiel a la verdad? ¿Es tan difícil preguntarse cosas de vez en cuando? ¿De verdad es tan difícil pensar y tener criterio? 
       No quiero que hayan opiniones iguales, tan solo me gustaría ver que los ciudadanos son capaces de consideran la información y de ser racionales, y no obrar cual rebaño ovino, siguiendo a un pastor sin saber muy bien por qué y con el miedo de esos furiosos perros.

lunes, 12 de enero de 2015

Time takes a cigarette.

A veces pienso que la vida me consume tal y como una llama lo hace con un cigarrillo.
No me gusta dar caladas, quizás sea porque en el fondo no quiero no provocar que ese calorcillo que me queda me engulla demasiado rápido, y quizás sea por eso por lo que le he cogido miedo a involucrarme.
Tal vez sea una tierna timidez o tan solo sea la tristeza acumulada. No lo sé. En ocasiones no hay nada malo que me rodee, sin embargo no tengo idea de cómo actuar para llegar a mis propósitos. Quién puede retomar el valor cuando te has quemado con una colilla. Es difícil dejar que las esperanzas e ilusiones recorran mis venas cuando su simple paso me envenena.

lunes, 27 de octubre de 2014

Ojalá.

Ojalá fuera nube, para estar en el cielo.
Ojalá fuera un árbol, para tener buenas raíces.
Ojalá fuera Sol, para dejar mi espectro incluso en las galaxias lejanas.
Me gustaría ser muchas cosas que no puedo ser, pero cuánto me gustaría estar junto a ti.
Y es que cuando te enamoras... ¿qué haces si sientes un amor por alguien que solo siente deseo? ¿y si tus dudas existenciales no son compartidas? ¿y si te parten el corazón  de verdad? ¿y si lo consiguen?
Cuánto me gustaría pensar que ambos somos el mismo sonar de los pájaros.
Ojalá seamos dos planetas que orbiten alrededor de la misma esperanza, sin colisionar entre tantas otras almas.
Ojalá el amor no fuera tan vivido.
Pero qué sería de mí sin él.
El mayor dolor que me trae
Pero qué feliz me puede hacer.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Oleaje inspirativo

Soy la roca que erosiona con las fuertes olas del mar

es un choque constante, como la tristeza a la vida,
y la gran roca que soy, 
cada vez más es disminuida. 
Cambio de forma con cada ola que llega y se topa conmigo,
el dolor es el de siempre, pero no me acostumbro a él,
cada ola es distinta, aunque no lo puedas ver.
A veces el mar está en calma,
y pienso que podré descansar,
pero comienza a llover, y una vez más 
me pregunto ¿y es que esto no va a parar?
A caso yo, roca firme 
que soporta cada latigazo de frío, 
cada baño de sal y rocío,
yo, roca simple y destrozada,
¿no puedo tener algo de alma?
Porque no soy una roca,
pero las olas llegan,
y la roca es inerte, 
pero yo no.
No soy fuerte.